Los vecinos de Pere Garau denuncian que el Ayuntamiento de Palma divide el barrio entre ricos y pobres
Denuncian que la inversión de dos millones en peatonalizar calle Nuredduna disparará los alquileres
El cierre a la circulación aumenta el colapso circulatorio y los ruidos en el resto de vías colindantes
La peatonalización más polémica del Ayuntamiento de Palma se retrasa hasta junio
Nael Falo, portavoz de la plataforma vecinal Flipau amb Pere Garau, critica que las obras de peatonalización de la calle Nuredduna que ejecuta el Ayuntamiento de Palma en el principal acceso viario del barrio más poblado de la capital balear, tendrá consecuencias muy negativas para los residentes en materia de movilidad y provocará la gentrificación de la zona, con una calle para ricos y el resto del entorno para pobres en un área infradotada de equipamientos públicos.
Para este activista vecinal, el proyecto de dos millones de euros «es pagado por toda la ciudadanía de Palma, y no ha sido consensuado por el Ayuntamiento con los vecinos y comerciantes del barrio ni de la ciudad», apunta.
Se trata de una iniciativa del gobierno municipal de coalición de socialistas, independentistas de Més y Podemos de la que el portavoz vecinal de la zona destaca que genera dos problemas, visualizados por todos los residentes desde el principio. El primero, el transporte público.
«Las cuatro líneas de la EMT pasaban por Nuredduna porque es el recorrido más corto entre las Avenidas y los barrios más poblados de Palma.»
Tras su cierre al tráfico el pasado verano para el inicio de unas obras que se prolongarán hasta el mes de junio, los residentes de calles colindantes como la de Nicolau de Pacs, ya tienen un problema muy serio, con más tráfico, y más ruido por tanto, en sus casas. A ello hay que sumar la gentrificación de la calle peatonalizada, que se convertirá en la zona rica del barrio, pero que repercutirá al resto de residentes.
Nael pone el ejemplo, de lo sucedido con un edificio antiguo a rehabilitar en el número 24 de la calle Nuredduna, por el que se han pagado 4 millones de euros. «Los vecinos fueron desalojados en 2016, y ahora, este edificio tras pagarse 4 millones de euros, acabará en manos de residentes de alto standing, lo que va a provocar una subida de los alquileres en la zona más humilde del barrio de Pere Garau».
Como concluye el dirigente vecinal, «tendremos un barrio rico y un barrio pobre. Una calle como Nuredduna donde se invierten dos millones de euros que pagan todos los palmesanos, y uno pobre donde se invierten migajas, para el resto».